Baja temporal


El día de hoy tuve el valor de firmar mi carta de baja temporal y enviarla. Honestamente no creí sentirme tan triste por esta situación, a pesar de que no me gustara del todo la escuela y de que fue una decisión propia, me recuerda mucho al 31 de enero del 2018 cuando me vi forzado a darme de baja temporal del IPN.

Ese día yo me sentía la persona más miserable del mundo (justo cómo me siento ahora mismo). Recuerdo que salí de la escuela con Ángela (una amiga) y Alonso (mi mejor amigo) y todo marchaba como si no ocurriera nada. Una sonrisa en la cara y las bromas de siempre, pero por dentro estabá totalmente roto. Llegó el autobús y nos dirigimos cada quien a nuestras respectivas casas, cuando quedamos solo alonso y yo no hubo más que silencio, un silencio triste. Llegué a mi casa, me senté en el sofá y comencé a llorar, sentía que mi orgullo y mi persona no podrían estar más hundidas en el lodo. A la mañana siguiente desperté con un sentimiento de cero identidad. No me sentía parte de nada y pensaba que le había fallado a mi familia, a mis amigos, a todos. Llego el primer día de clases y anhelaba como nunca estar en la escuela, aunque sea quejándome de estar ahí.

Bien, ahora, me toca darme de baja de la UG, para poder organizar mi mente y darme un tiempo para saber qué es lo que deseo hacer. Necesito liberar todo lo que tengo en mi mente que ahora mismo es un sube y baja de emociones. Uno de los principales problemas, es el económico y la autoaceptación. Deseo que muy pronto ya me pueda considerar alguien que es nuevamente seguro de sí mismo y sentirme capaz de lograr cualquier cosa, tal y como me sentí al regresar al IPN donde vi todo como una cuestión de aprendizaje y aproveché al máximo mi estancia ahí.

Definitivamente hoy no fue un buen día, y solo quería dejar constancia de ello aquí en mi blog.

Gracias por llegar hasta acá. 


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